En los últimos días se está hablando mucho sobre la notable subida que estamos viendo en el precio de la electricidad especialmente a raíz de la ola de frío. Efectivamente se está percibiendo un significativo aumento de precios en la sesión diaria de los mercados eléctricos europeos, como puede verse en la siguiente gráfica:

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Gráfica obtenida de la web del OS: https://www.esios.ree.es/

Las líneas amarilla, verde y roja serían los precios medios diarios de España, Francia y Alemania respectivamente. Se puede comprobar que a finales de noviembre y principios de diciembre tuvimos algunos picos que no nos afectaron en España, pero que en las últimas semanas los precios se han disparado hasta cerca de los 100 €/MWh en promedio diario.

Si en lugar de analizar las medias diarias observamos los valores horarios de la electricidad, podemos ver la evolución de las últimas semanas para España, Francia y Alemania (amarillo, verde y gris respectivamente):

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Gráfica obtenida de la web del OS: https://www.esios.ree.es/

Aquí podemos ver que en los últimos días hay picos de hasta 120 €/MWh en los momentos más altos, bajando hasta los 50 €/MWh en los puntos más bajos del día. Es decir, no sólo ha aumentado el precio medio de cada día, sino que las diferencias de precios entre unas horas y otras se ha incrementado de forma muy importante.

Este incremento de precios viene dado en parte por el incremento de demanda al que estamos asistiendo, que está muy asociado a la bajada de temperaturas y que se puede apreciar de manera bastante clara en agregación horaria:

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Gráfica obtenida de la web del OS: https://www.esios.ree.es/

En las horas pico de demanda se pasa de valores en el entorno a los 36 GW hasta cerca de los 42 GW (un incremento del 16% aproximadamente). Este incremento de demanda justifica en parte el incremento de precios que se está observando, ya que al aumentar la demanda se da entrada a tecnologías de generación más caras para poder cubrirla.

Sin embargo, hay otros tres factores importantes que acentúan el efecto:

  • Baja producción eólica: la producción renovable y muy particularmente la eólica ayudan a contener el precio de la electricidad. En las fechas más recientes la producción eólica no ha sido muy elevada, lo que hace que entren otras tecnologías de generación más caras en su lugar.

  • Aumento del precio del gas: una de las tecnologías que entra para cubrir los picos de demanda es el Ciclo Combinado, que usa Gas como combustible. Ocurre que la ola de frío provoca que ese mismo Gas esté en un pico de demanda para usos térmicos, provocando un aumento considerable del precio de abastecimiento. Si la generación por estos medios ya encarece de normal, el aumento de precio de su materia prima empeora aún más las cosas.

  • Aumento del CO2: el coste de las emisiones de CO2 también ha aumentado considerablemente alcanzando precios récord en la actualidad. Las centrales de generación convencionales y contaminantes tienen que considerar este coste, por lo que este factor también contribuye a encarecer el precio final de la electricidad.

Por tanto, el acople de los incrementos de demanda eléctricos y térmicos, la escasa producción renovable y el repunte del coste de emisiones de CO2 generan un escenario de precios elevados en el que nos encontramos ahora mismo. Hasta qué punto se justifica un aumento tan abultado como el que estamos presenciando o si hay quienes están aprovechándose de la situación es otra cuestión totalmente debatible.

Y ahora pasamos a responder las cuestiones más importantes:

¿A quién afecta?

No se ven afectados los consumidores que tengan un precio fijo contratado ni los productores que hubieran vendido su producción de manera anticipada (mediante PPA o contrato a futuros, por ejemplo).

Sí se verán afectados tanto consumidores como productores que operan directamente en mercado sin coberturas de ningún tipo y consumidores que tengan contratada una tarifa indexada. Eso sí, cuando los precios bajen, también lo notarán de manera inmediata.

También afectará a los contratos a precio fijo que se renueven ahora, ya que los precios de los futuros también han subido. En este caso afecta no sólo al consumo que se realice en este momento, sino al que se realice durante toda la duración del contrato.

¿Será algo permanente?

Las circunstancias actuales son algo puntual debido a la coincidencia de varios factores, igual que los precios tan bajos que se han visto producidos por acumulación de factores en sentido contrario. Lo esperable es que, una vez pasado el periodo de mayor tensión, que en España se está magnificando por los problemas con el suministro de Gas argelino, los precios se relajen y vuelvan a niveles normales.

En definitiva, las circunstancias actuales de precios excepcionalmente altos pueden dañar a ciertos consumidores y favorecer a productores, pero es algo temporal que no debería prolongarse mucho en el futuro, aunque tampoco es esperable ver precios tan bajos como hemos visto durante el año 2020.